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  Los que vienen del cielo
 

Los que vienen del cielo... 

Desde la década de los años 40, cuando se conoció a nivel masivo el fenómeno que Kennet Amold desafortunadamente describió como "platillos voladores" y que hoy conocemos como el de los objetos voladores no identificados (OVNI), se planteó uno de los más apasionantes interrogantes de nuestro tiempo. (Aunque la pluralidad de los mundos habitados haya sido una constante en el pensamiento del hombre....) Galaxia LOS QUE VIENEN DEL CIELO... por Ricado E. Polo Desde la década de los años 40, cuando se conoció a nivel masivo el fenómeno que Kennet Amold desafortunadamente describió como "platillos voladores" y que hoy conocemos como el de los objetos voladores no identificados (OVNI), se planteó uno de los más apasionantes interrogantes de nuestro tiempo. (Aunque la pluralidad de los mundos habitados haya sido una constante en el pensamiento del hombre....) Sin embargo, fuera de quienes investigan con seriedad el tema, pocos se han planteado con rigor especulativo qué hay de cierto, de trascendente, de importante en el análisis del tema. En este mundo de tan vertiginosa velocidad informática, la densidad de la temática ofrecida a través de múltiples publicaciones, probablemente no ha permitido a las mayorías pensantes, conocer cuál es el verdadero problema que se plantea. Y este no es otro que el interrogante sobre la posibilidad de existencia de vida inteligente fuera de los límites de nuestro planeta. El problema de los OVNIŽs ha dejado de ser a esta altura, un tema de ciencia ficción o de charlatanería. Se trata, tal vez, del mas apasionante interrogante de este Siglo. Al margen de todo lo que se ha difundido sobre observaciones de los denominados primer, segundo y tercer tipo y de los múltiples relatos de contados que se conocen, nosotros pensamos que se ira pone concientizamos sobre el aspecto fundamental de este enigma, casi diría metafísico. ¿Estamos solos en el Universo...? Dada su infinitud, ¿por qué pensar que no existe vida inteligente en otros mundos...? La búsqueda emprendida por la ciencia contemporánea, sea mediante los radiotelescopios, los satélites y los proyectos como el OZMA, destinados a captar señales de posibles civilizacioones extraterrestres, nos dan la pauta que a nivel científico existe la certidumbre sobre la probabilidad de que exista vida inteligente fuera de los límites de la Tierra. (Por algo el Pioner 10 lanzado en 1972, conduce a su bordo una plaqueta con dibujos y sonidos referentes al Hombre, a su planeta y datos sobre el sistema solar al que pertenece, etc.) A pesar de que la pluralidad de los mundos habitados se ha planteado y ha conformado la pasión de nuestros contemporáneos, nada concreto puede ser una afirmación. Lo que no significa que sea poco lo que se sabe. Además, surge otro interrogante no menos importante y tal vez más trascendente: estamos los seres humanos preparados para recibir la noticia afirmativa de aquella existencia...? Nos preguntamos entre otras cosas: la inteligencia cuya manifestación captemos, tendrá necesariamente que estar contenida en formas antropomórficas...? Nuestra búsqueda, por descarte biológico, estará correctamente emprendida si pensamos en la similitud a nosotros...? Hasta la fecha, los métodos de búsqueda parecen estar dirigidos al haIlazgo de planetas que reúnan las condiciones semejantes al nuestro y de hallado, deducir las probabilidades de que allí se hubiera desarrollado la vida. En principio cualquier tipo de vida. Después, tal vez, la inteligencia. También lo hacemos, para el caso de que existieran civilizaciones desarrolladas, a través de la recepción de ondas radiales que pudieran haber sido emitídas por aquellas inteligencias, o por la emisión de nuestras señales que les permita a ellas deducido. Pero deberá ser asíŽ...? Estamos por el camino correcto en esa búsqueda... ? Por qué pensar que las formas de vida inteligente puedan ser monstruosas y semejantes al Alien de los films tremendistas. Pero, y si lo fueran...? También cabe pensar que sus formas pueden ser total m ente distintas a lo imaginable o conocer asociando...? Sin embargo, deberíamos prepararnos a saber y admitir, que no toda manifestación de inteligencia necesariamente deberá estar contenida en formas antropomórficas, aunque puede ser lícito pensar que la panespermia (1) sea una Ley biológica, que propague la vida por todo el Universo. Y admitiendo que "los que vienen del cieloŽ, según el relato de quienes afirman haber tenido contacto del tercer tipo, se parezcan a nosotros... Lo cierto es que el interrogante está planteado. En las postrimerías del siglo XX ya cerca del siglo XXI, deberemos asumir este apasionante problema que va más allá del "ver para creer", que nos ha limitado la comprensión no sólo del planeta que nos contiene, sino de los ilimitados confines del Universo. En esta nota no pretendo elucidar el tema ni arribar a conclusiones definitivas. Porque no las hay. Pero, sin embargo, para permitir una mayor comprensión de nuestros lectores sobre su importancia, es preciso dejar claro algunos parámetros. El lenguaje con que se difunden los planteos de este problema no siempre es el correcto. Veamos. Se dice que "los que viene del cielo" proceden de otras galaxias. Y así queda. Observemos: las distancias en el Universo se miden en años luz (AL). Un año luz es el resultado de multiplicar la velocidad de la luz (300.000 Km. por segundo) por los segundos de un año. Este número es muy grande ya para graficado. Y sin embargo y debido a las inconmensurables distancias que existen entre los astros, se ha establecido, astronómicamente otra medida. Se trata del parsec que es la distancia a que se encuentra una estrella si su paralaje es de 1 segundo de arco (1"). Bueno, tal vez a usted le sea difícil captar el asunto. Digamos que como la distancia entre las estrellas es mucho mayor que la distancia de la Tierra al Sol ( 150 millones de kilómetros, que es una unidad astronómica = IUA) se utilizan unidades de medida distintas de las usuales. Lo cierto es que 1 parsec vendrán a ser 3,26 años Luz. Digamos, para redondear la cosa, que la estrella más cercana a nosotros es Próxima del Centauro y está a 1,3 parsec. Si usted examina con detenimiento esa medida con sus ceros correspondientes, tendrá una idea no sólo de la distancia, sino del tiempo que demandaría desplazarse por el espacio y a la velocidad de la luz, para arribar a un incierto planeta que orbite esa estrella. Imagine entonces las distancias que existirán entre las 300.000 millones de estrellas de nuestra galaxia (2), la Vía Láctea (nuestro sol y respecto de él, Próxima de Centauro pertenecen a ella) y las estrellas de las millones de galaxias cuyas distancias respecto de la nuestra son inconmensurables. Por ello existen otras medidas como el mega parsec, destinadas a damos una idea de la infinitud de esas distancias en el espacio. Teniendo conciencia de estos conceptos, estaremos en condiciones de situamos con corrección sobre las posibilidades y probabilidades que existen de establecer contactos con otras inteligencias y expresamos adecuadamente, cuando se dice que los ŽVisitantes del cieloŽ proceden de otras galaxias. Lo que es absurdo a la luz de nuestros actuales conocimientos tecnológicos. Lo correcto, será planteamos su existencia y procedencia, como de otros sistemas solares (el sol es una estreIla) o tal vez, de otras dimensiones o mundos paralelos. En nuestra nota anterior, surgirá el interrogante sobre si estamos preparados para recibir la noticia de la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra. Seamos sensatos. Digamos que no. Porque de establecer contacto con civilizaciones de magnitud grande, como serían aquellas que lleguen a nosotros, su tecnología sería de tan abrumador desarrollo, que produciría un tremendo sacudón en nuestros conceptos de la realidad general. Como en el caso de establecer comunicación con alguna de ellas. La conmoción no sería sólo en los conceptos. Sería en todo lo que permite hacer funcionar nuestro mundo. No quiero imaginar las convulsiones de las Bolsas de Wall Strett, Londres, Japón o Buenos Aires, por mencionar un aspecto de los intereses que afectaría. Y luego, nuestros conceptos metafísicos, filosóficos, cosmogónicos. Nuestras creencias religiosas. Y en especial, nuestra evolución, transformación o mutación a partir de tal contacto. Existe en nosotros esa audacia que frente a lo desconocido, siempre hemos expresado los seres humanos. No creo que estemos preparados para semejante golpe. Pero si creo que podemos adaptarnos a él. Siempre que no se cumpla aquello que una civilización superior que al contactar con una inferior, al final, la destruye o absorbe. Será esa la causa por la cual los grandes poderes que dominan al mundo no dicen todo lo que saben...? Callan aquello y distraen la atención de las masas para que no conozcan lo que si se sabe...? En momentos de escribir esta nota, la NASA, reconoce haber descubierto vestigios de vida en una aerolito hallado en la Antártida y que habría provenido del Planeta Marte. La noticia tiene su confirmación, nada menos que a través del presidente de los E.E.U.U. Bill Clinton. Todo hace pensar que más allá de la noticia, el stablishment científico quiere dar un claro mensaje de lo que ya no piensa, sino de lo que está seguro. Está claro que si hace 13.000 años, que es la datación de la antigüedad del aerolito, existían en Marte organismos a los que podríamos clasificar como protozoados, por que no pensar con otra lógica que al igual que en nuestro planeta, también pudieron evolucionar hacia formas más desarrolladas. Es decir, hacia manifestaciones de inteligencia en su etapa evolutiva. Y que no necesariamente tendrían que ser como nosotros. Por otra parte, agregamos esta noticia dada a conocer por boca de Daniel Goldin, Adminsitrador de la NASA: "la posibilidad de que exista agua en Júpiter, constituye otro paso intrigante en nuestro afán de explorar el sistema solar y las estrellas y de resolver el misterio sobre si la vida existe en alguna parte del cosmos". Todo esto luego que la sonda Galileo, descubriera vestigios de agua en la Luna Europa, que orbita Júpiter. Son tantas las posibilidades de existencia de vida en otras partes del universo, como en nuestro propio planeta otras formas de vida que las que ya conocemos. En los E.E.U.U. un equipo científico acaba de hallar la confirmación genérica de una tercera rama de la vida en la tierra. Se trata de los organismos unicelulares denominados arquea, que constituyen un misterio sobre las formas de vida y evolución. Identificada la secuencia del genoma en un tipo de arquea, asombró el hallar que dos tercios de los genes son distintos a cualquier otro conocido. "Ahora sabemos que los arquea son formas distintas de vida" sostienen los científicos. Viven en áreas consideradas inhabitables para cualquier organismo viviente. Kraig Venter, presidente del instituto para investigaciones sobre Genornas en Rockville, Maryland, acompañado de científicos de la Universidad de Illinois y de la Facultad de Baltimore, descubrieron que los arquea son distintos a las dos grandes ramas de la vida: las bacterias y los más complejos encariotes, en los que se incluyen las plantas, los animales y los seres humanos. Si esto se da en nuestra tierra, qué otras extraordinarias formas de vida existirán en otros planetas y en otras circunstancias bióticas. Pero no nos extendamos en especulacíones sobre temas de gran profundidad. lo cierto es que podemos advertir que lentamente los datos se van filtrando, tal vez con el propósito de prepararnos para la gran noticia. Hasta hoy, salvo por esporádicos saltos en la información, todo lo relativo a OVNIŽs constituye curiosidad para los profanos y materia de investigación e interrogante para los científicos. Miles de libros se han escrito sobre el tema. Las referencias a la presencia de entidades extraterrestres junto a nosotros, van más allá incluso de la Biblia, sea en el Éxodo como en el Libro de Ezequiel para dar un dato. Se remontan a los libros Vedas en la India con su descripción de los Vimanas voladores y guerras espaciales y hasta en la epopeya de Gilgamesh o constancias en el Popol Vugh americano. Sería ingenuo negar estas cosas o subestimar a quienes así las interpretan. Cómo desconocer el hecho de que los pueblos más evolucionados hablan de sus Dioses como provenientes del Cielo...? Lo que se impone, apenas a tres años del final de este Siglo, es tener en la mira el extraordinario salto tecnológico que el Hombre ha dado en estos últimos cien años. Y extrapolar. Tratar, por otra parte, de adaptarnos a esa vertiginosidad (como lo indicamos en nuestra nota el Vértigo Tecnológico, Nueva Etapa Nros. 121 y 122) y prepararnos para cosas más edificantes que la petulancia del Día de la Independencia. Por alguna razón que no está por el momento a nuestro alcance, ya desde la legendaria Guerra de los Mundos que protagonizara Orson Wells, pasando por todas las versiones cinematográficas donde los terrestres truinfamos por sobre la perfidia de los invasores extraterrestres, alguien nos quiere hacer creer que corremos grave peligro ante su presencia y además, que somos lo suficientemente capaces de triunfar sobre sus presuntas intenciones de conquista. Salvo por algunas serles televisivas como Viaje a las Estrellas, en la que la convivencia con otras civilizaciones parece armónica o ecumémica, toda la gama de ficción exobiológica nos lleva a pensar en agresiones, peligros, monstruosidades agresivas y por encima de todo ello, el triunfo del Hombre por sobre los extraterrestres. Creo que ha llegado el. momento de reaccionar frente a estas especulaciones, Debemos preparamos para el magnifico día en el que establezcamos contacto con otras civilizaciones, con otros seres que son nuestros hermanos en el Universo, Y debemos hallamos preparados para comprender que el Amaos los unos a los otros no se circunscribe ni limita a nuestro Planeta. Con pecado original o sin él. Si, es cierto. Un contacto con otros seres provenientes del espacio, podría convulsionar nuestros conceptos y hasta nuestros preceptos. Sean monoteístas, panteístas o agnóstcos. Pero ese es un problema superable. No una valla insuperable, que hoy es más precisa en nuestros prejuicios filosóficos, científicos y fundamentalmente tecnológicos. La fórmula Drake, que Frank D. Drake junto al Premio Nobel de química Dr. Melvin Kalvin, Barney Olíver Vicepresidente de la Hewlet Packard; Cocconi; Morrison: Otto Struve y los astrónomos SuShu Huang y Carl Sagan, pensó para calcular matemáticamente el número probable de planetas habitados sólo en nuestra galaxia, asombró el mundo científico. Primero por su sencillez y luego por su número. Veamos. La ecuación dio como resultado que durante la larga existencia de la galaxia (la Vía Láctea) se han desarrollado un centenar de miles de millones de mundos habitados por seres inteligentes. Tomando en cuenta ciertos factores como la capacidad de desarrollo radioastronómico y la intención de comunicarse con otros mundos y en especial el número de esos planetas que logran evitar su autodestrucción dio, como resultado que el 1% de esos 100 mil millones de mundos habitados estuvieron, est~n o han de estar en condiciones de comunicarse por medio de radioantenas o viajar en naves espacia les a grandes distancias. (final de la primera parte. Puedes acceder a la segunda parte de este artículo desde esta misma sección de Oriente y Occidente)

 
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