Los demonios, criaturas en un principio agenas a Barat Duin, han ido ocupando un pequeño territorio, llegados a este mundo desde otros muy variados y diferentes, ahora son una facción fuerte y peligrosa. Su propia especie es variada y multiracial, pero han logrado establecer un orden jerárquico a través de multitudinarias guerras. Arzgül, el reino de los demonios, se encuentra en una isla a la que ningún barco puede llegar, tan sólo los demonios tienen el poder de viajar desde y hacia la isla y sólo ellos pueden llevar allí a otras especies. Sin embargo no todos los demonios que recorren Barat Duin conocen la clave para acceder a esta isla, a la que, a menudo sólo se llega si otro demonio mayor así lo estima oportuno. La isla es una roca cubierta de una espesa niebla, sus tierras son estériles y pocas son las criaturas que sobreviven en ella, pero esto no importa a los demonios que frecuentemente se alimentan de almas y energía mágica, muy pocos son los que gustan de otro tipo de alimentos que pueden conseguir en cualquier otro lugar. Arzgül se divide en varias ciudades dirigidas por los capitanes y lugartenientes del rey, aunque normalmente cada demonio es bastante autónomo pudiendo hacer lo que quiera siempre y cuando no interfiera con los planes de su rey o desestabilice la paz demoniaca.
Darnûm Alfar es la puerta del reino de Arzgül, custodiada por Gárgolas oscuras que tan sólo cobran vida cuando detectan peligro o se lo ordena el rey de los demonios. Huesos y sangre de demonio se usaron mezclados con los metales en que se talló su hoja, la mayor parte cubierta de obsidiana. Es por esta razón que el propio portón tiene vida y pensamiento. Es una de las edificaciones de mayor poder de Barat Duin. Los demonios fueron un grupo desorganizado durante mucho tiempo, ávidos de poder, lucharon entre ellos durante muchos años por hacerse con el control de su especie. Finalmente, Ragnarok, un anciano y poderoso demonio se hizo con el poder y fundó Arzgül. Actualmente Ragnarok es el líder de todos los demonios de Barat Duin, aunque algunos vayan por libre y los recién llegados aún no le conozcan, así está escrito en la historia demoniáca. Ragnarok otorgó el mando de las principales facciones demoniácas a sus hijos Eysëll y Gêldar y estos a su vez dividieron sus fuerzas en varios grupos más dirigidos por sus lugartenientes.
Gêldar es el príncipe demonio y sucesor del rey, no hay demonio que no lo respete y tema. Tiene un caracter belicoso y seductor, se encarga de dirigir cualquier batalla por pequeña que sea, siempre que le concierna como dirigente. Su poder es casi tan inmenso como el de su padre y a menudo se lo ha visto rondando cerca de los dominios de la propia Xinia con la que comparte el gusto por la guerra.
Eysëll es la princesa demonio, la más hermosa entre ellos y también la más poderosa después de su hermano y su padre. Su rostro aparece siempre bondadoso y bello, pero su alma es oscura y tenebrosa. Se divierte torturando a sus enemigos y recabando información de cada punto de Barat Duin para su padre y su hermano. Ella gobierna a los demonio-espía y otras criaturas menores de su especie. Su mayor poder es de tipo psíquico y es la que más tiempo suele pasar fuera de Arzgül ya que por su apariencia, puede pasar desapercibida entre las demás especies.
LUGARTENIENTES Y DEMONIO-ESPÍA
Gayvlin es el lugarteniente del príncipe Gêldar y guardián de la llave de Arzgül. A pesar de ser totalmente ciego e incapaz de emitir una sola palabra su poder psíquico le convierte en un ser hábil y poderoso. No necesita ni palabras ni miradas para atemorizar a sus enemigos, ni siquiera su poder mental, ya que con su simple presencia le es más que suficiente. En ocasiones su apariencia más bien frágil, logra que sus enemigos se confién y le menosprecien, un grave error. A pesar de ser totalmente fiel a Gêldar, se dice que hay cierta relación entre Gayvlin y la princesa demonio, ya que ambos comparten el poder de los psíquicos, poco común entre los demonios, al menos a este nivel.
Ginêngi, es el lugarteniente de Eysëll y el líder de los demonio-espía, una subraza demoniaca que los convierte en simples máscotas por lo demás muy útiles a sus señores. No es infrecuente que las distintas facciones se sirvan de sus propios demonios espía, sinembargo Eysëll, al poseer a Ginêngi entre sus filas, está a salvo de sus argucias e informada de todo lo que sucede en cualquier parte del mundo en que esté interesada. Ginêngi es totalmente leal a la princesa demonio y a su rey Ragnarok, su mayor poder reside en el control absoluto de los demonio-espía, y un escudo, regalo de Eysëll, que le protege de cualquier ataque y de los venenos. Fuera de esto su poder es prácticamente nulo, aunque su agijón y sus alas con forma de ojo suelen ser venenosos para algunos demonios menores y otras especies inferiores no demoniacas. Demonios -espía.
Criaturas despreciables, aunque muy útiles para lograr cualquier tipo de información, se alimentan de carroña, tanto física como espiritual y a veces deboran con vida a sus presas. Su altura no excede los diez centímetros, vuelan y llevan mensajes a sus señores y siempre a Ginêngi, su dueño y señor. Nada pueden ocultar a este, aunque si al resto de sus amos si Ginêngi se lo ordena. Suelen resultar bastante incontrolabes a veces por lo que amenudo sus amos deben destruirlos para que no causen problemas. Con excepción, claro está del propio Ginêngi, el único capaz de mantener el control sobre ellos. No son muy listos, pero logran pasar totalmente inadvertidos ya que pueden adoptar diversas formas e incluso volverse invisibles.
